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No son estudiantes, son criminales.

Lo que se vivió el viernes pasado en la Autopista del Sol, México- Acapulco, en la caseta de Palo Blanco es un claro ejemplo del empoderamiento de delincuentes.

 Lo hacen de forma recurrente y cada vez que quieren dinero, ciertos grupos toman las casteas y cobran el peaje. En muy poco tiempo pueden ganar miles de pesos, quedándose con ese dinero porque amedrentan a quien transita por la carretera exigiendo el pago y además dejando sin seguro a los usuarios, y es que si no se paga la caseta, no se tiene el seguro por si ocurre algún accidente.

El caos empezó por que el pasado viernes a mediodía, cuando bajaron normalistas de Ayotzinapa a tomar las casetas, éstas estaban resguardadas por elementos de la Guardia Nacional y la policía.

Y entonces empezaron a provocar a los elementos de seguridad, comenzaron con los gritos y empujones, pasaron a los golpes, incluso lograron arrebatar algunos escudos a los antimotines, usaron explosivos como cohetones, petardos y bombas molotov, hubo intercambio de pedradas.

Los elementos de Guardia Nacional sólo respondieron con gases lacrimógenos, pero esto no replegó a los agresores.

El saldo del enfrentamiento: 21 elementos de seguridad heridos, 10 de Guardia Nacional y 11 policías estatales, pero pudo haber sido mucho más grave.

Estos jóvenes normalistas de Ayotzinapa se habían robado 10 autobuses de pasajeros con la única intención de tomar la caseta.

Los uniformados intentaron convencerlos de retirarse para que pudiera continuar la circulación de vehículos, pero no se pudo y la violencia fue incontenible.

Incluso los normalistas le quitaron los frenos a un tráiler y lo dejaron ir a alta velocidad contra los elementos de la Guardia Nacional para romper el cerco.

El camión terminó impactado contra un módulo turístico y un puesto de comida. ¿Se imagina cuánta gente pudo haber perdido la vida? ¿Cuál es el grado de violencia como para quitarle los frenos a un camión para que se impacte contra los policías, o demás personas que estuvieran por ahí?

Y es que estos delincuentes creen que pueden hacer todo, hasta el momento de escribir estas líneas no hay detenidos, y no los hay por qué la instrucción desde Palacio Nacional es de abrazos y no balazos.

Me pregunto: ¿cómo se puede recibir con abrazos a quienes le quitaron los frenos y pusieron un tabique en el acelerador para que un camión a toda velocidad atropellara a nuestros elementos de seguridad?

Un dato terrible, en lo que va del sexenio, las Fuerzas Armadas, soldados y marinos han recibido seis mil 505 apoyos del Gobierno federal para financiar funerales, una cifra récord en la historia moderna de México. La administración del Presidente López Obrador, tan solo este 2021, dio apoyos para los servicios funerarios de dos mil 684 personas, entre soldados y marinos. Estamos hablando de un elemento de las Fuerzas Armadas caído cada siete horas en este país.

Pero a quienes atentan contra ellos parece que no se les puede tocar ni con el pétalo de una rosa.

Lo declarado por la flamante alcaldesa de Acapulco en Guerrero, Abelina López Rodríguez, es una vergüenza para incitar y proteger a los violentos.

“No se puede castigar a nadie porque el tráiler circulaba solo”. Es la misma funcionaria que declaró que “la calor” y una mala alimentación pueden ser detonantes de la violencia en el municipio. “Si comes más carbohidratos te acelera”, afirmó ante los medios de comunicación.

¿Por qué algunas autoridades justifican estos hechos tan iracundos y que violan todas las leyes? Es verdad, no había chofer, pero sí hay quien robó el camión, le quitó los frenos y lo hizo avanzar en un claro intento de homicidio a nuestras Fuerzas Armadas.

¿Quién va a ser el responsable? No es posible que no se tengan detenidos.

¿Qué más tienen que hacer estos delincuentes para que se les aplique la ley?

Hoy en muchos territorios de México, criminales son los que imponen la ley, y cada día se sienten más fuertes.

Esta caseta de peaje lleva años tomada de forma intermitente por este grupo que dice ser de estudiantes, pero también ha sido tomada por maestros y otros grupos cada que sus exigencias no son escuchadas, afectando a los automovilistas.

Ya de forma recurrente la toman para pedir una cuota mínima de 100 pesos para dejar pasar, puede ser en lunes o en viernes, no importa que día de la semana.

Según ellos, se trata de una cooperación, pero si tomamos en cuenta que el cobro establecido por Caminos y Puentes Federales (Capufe) es de 156 pesos para automóviles y de 78 pesos para motocicletas, su supuesta cooperación es casi 70 por ciento del costo del peaje, algo que deja de ser una simple retribución.

Desde hace seis años y por lo menos dos veces a la semana se registran tomas de casetas, pero el viernes pasado fue la primera ocasión en que se impidió de manera tajante a los presuntos normalistas de Ayotzinapa hacerlo, luego de que recientemente se aprobó incrementar las sanciones contra quien tome casetas.

Tan sólo en 2020 por la toma de casetas se registraron pérdidas por cuatro mil 121 millones de pesos, precisó el secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganiz Díaz Leal, durante su comparecencia en el senado ante la Comisión de Comunicaciones y Transportes. Las cuales consideró que no representan un acto de protesta social, sino que se trata de organizaciones de delincuentes que aprovechan esta práctica para obtener recursos.

Es mucho el dinero que se quedan estos grupos criminales.

Y mientras sepan que pueden hacer lo que quieran, desde bloquear las casetas y quedarse con ese dinero hasta utilizar un camión como arma mortal y ni siquiera se les detenga cada día, les da más fortaleza.

Y territorios en México cada día son más de estos grupos criminales.