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“Para llegar a ser la número uno se necesita tener un espíritu ganador”

Una de las pocas buenas noticias que hemos tenido en estos últimos días, son las medallas de oro que ha ganado la raquetbolista mexicana Paola Longoria en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile.

Longoria regresa a México con su medalla de oro número once y queda a una medalla del récord histórico en ese deporte, un récord que todavía está en altas posibilidades de romper en los próximos juegos.

Paola es probablemente la mejor raquetbolista en la historia del deporte. Fue número uno del mundo durante 12 años, tuvo una racha invicta de tres años y medio.

La carrera de oros panamericanos de Longoria empezó en Guadalajara 2011, siguió en Toronto 2015 y Lima 2019.

A su extraordinaria carrera le ha faltado competir en los Juegos Olímpicos, pero no lo ha podido hacer porque el ráquetbol no está considerado un deporte olímpico.

Poder llegar a ser una campeona como lo es Longoria, requiere de mucho talento, pero sobre todo preparación y disciplina. En mi libro Muy Personal presento una entrevista con la atleta sobre su vida y cómo logró llegar a la cima del éxito que hoy les comparto en estas páginas.

Paola Longoria (PL): Para llegar a ser la número uno se necesita mucha disciplina, mucha dedicación, perseverancia. Ese espíritu ganador y esa actitud positiva, que tanto mi familia como mi cuerpo multidisciplinario me han inyectado a lo largo de estos años, me motiva también.

BB: Tú naces en San Luis Potosí, platícame de esos primeros años.

PL: En los deportes, todo inició en los campamentos de verano. Siempre fui una niña muy hiperactiva y también mis hermanos, pero no fui traviesa. Mis papás decían: “Algo tenemos que hacer para bajarles toda esa energía”. Nos mandaban a los campamentos de verano, donde me dieron todos los deportes: practiqué natación, gimnasia, futbol, basquetbol, tenis; pero siempre me llamaron la atención la raqueta y el futbol.

BB: ¿Cómo es tu familia?

PL: Mi familia es mi mayor motivación, ellos siempre han estado en las buenas y en las malas. Mis papás siempre fueron súper abiertos en el aspecto de dejarnos hacer cualquier deporte que nos gustara. Mi papá jugó mucho tiempo también frontón o tenis. Nunca me dijo “tienes que ser tenista”; al contrario, fue “escoge tu verdadera pasión, pero hazlo y trata de ser la mejor”. Siempre nos dijeron a mis hermanos y a mí “en lo que hagan traten de ser los mejores”.

El aspecto académico no lo dejaban, ellos siempre me decían “nosotros te apoyamos también en tu sueño de ser la mejor del mundo, pero no dejes de estudiar, porque un atleta de alguna manera puede sufrir una lesión y dónde está tu futuro”. Ese año viví en Estados Unidos, a los 18 años gané el Abierto de ese país y ahí me di cuenta de que podía llegar a ser la mejor del mundo. Le acababa de ganar a las mejores de la gira profesional. Hablé con mis papás y me fui a vivir a allá, pero después de ahí fue mi año de fracaso.

Mis papás siempre trataron de darnos todo de acuerdo a sus posibilidades. Cuando gané este torneo no era la favorita, así que llego a este Abierto de Estados Unidos, me acuerdo de que en la final mi mamá voló por la emoción de estar en la final de un US Open. Ella dice que yo, dormida, me quejaba porque no entrenaba ni la cuarta parte de lo que lo hago ahorita, sentía que con una hora y media ya iba a ser la mejor del mundo.

BB: ¿Cómo inicia tu carrera?

PL: Viene el momento en que decido regresarme de EU a Monterrey. Estaba en Juegos Olímpicos, porque me llevó Carlos Hermosillo como la mejor atleta juvenil.

Me tocó vivir ese récord de Michael Phelps de las ocho medallas. Yo en ese momento no sabía si seguir con el racquet o ya mejor dedicarme a mi carrera estudiantil. En ese momento me hablan mis papás y me dicen: “Paola, tenemos dos ofertas, Tecnológico de Monterrey, en Monterrey, y la Autónoma de Nuevo León, para que hagas tu carrera ahí”.

BB: ¿Becada por el racquet?

PL: Becada por el raquetbol.

BB: ¿Qué estudiaste?

PL: Ingeniero Mecánico Administrador y acabo de terminar una maestría en Ciencias Políticas. Estoy muy agradecida con la Universidad Autónoma de Nuevo León.

BB: ¿Cómo combinas una carrera como ingeniería con un deporte que practicas de forma profesional?

PL: Algo que me ha dado el deporte ha sido ser responsable, organizada. Como empecé muy chica estuve en escuelas donde me exigían mucho, estudié la prepa en el Tec de Monterrey y ahí estaba en torneos, estaba preocupada porque decía ‘me van a cerrar la liga para subir la tarea, tengo que acabar y yo en la cancha’. A veces no me podía concentrar en una ni en otra. Cuando llego a la carrera se me hizo un poquito más fácil poderme organizar.

BB: Perteneces a las Fuerzas Armadas de nuestro país.

PL: Estoy muy contenta de pertenecer a las Fuerzas Armadas. Cuando me propusieron entrar, al principio, te soy honesta, decía ‘no, pero ¿cómo al Ejército?’. Me imaginaba cosas diferentes y la realidad es que es como un fideicomiso de atletas de alto rendimiento que pertenecemos al Ejército. En lo personal vi que tenemos valores muy similares: la disciplina, la dedicación, el representar a nuestro país, el siempre darlo todo por México. Estás en una competencia y lo único que quieres es defender a tu país, el poner a tu bandera en lo más alto. Al final de cuentas, eso me ha ayudado mucho, ya llevo tres años y medio en la Sedena.

BB: Tienes una psicóloga del deporte que te apoya.

PL: Cuando me decían “Pao, tú ya tienes el nivel”, yo, a veces, era una jugadora muy explosiva, me sacaban mucho de quicio las jugadoras. Mi súper rival, Rhonda Rajsich, norteamericana, la número tres, me acuerdo de que, a veces, yo iba ganando y me quitó el invicto porque no me concentré. Me acuerdo mucho de que una vez jugando ella me decía, en pleno partido antes de sacar “oye, Pao, ¿te gustan las hamburguesas?”, y yo pensaba ‘por qué me preguntó eso’ y la hamburguesa se quedaba en mi mente.

BB: ¿Para ganarte?

PL: Me desconcertaba y me desconcentraba y terminaba perdiendo. Estaba Bernardo de la Garza en aquel entonces como director de la Conade y me decía: “Pao, necesitas ver una psicóloga”. Le contesté ‘no, ni que estuviera loca, ¿para qué?’. Y me respondió: “No Pao, es una psicóloga que te va a ayudar, precisamente a que, en los momentos difíciles del partido, no te desconcentres y no estés pelando a tu rival…”.

BB: Claro, porque puedes ser el mejor y si tu rival te desconcentra te gana.

PL: Sí, claro… Tu rival va a hacer todo para ganarte, así como tú también estás buscando que en algún momento flaquee para anotar más puntos. Aquí viene el reto más importante: una vez que llegas, el reto es mantenerte y para mí, sí ha sido difícil, porque todas las jugadoras te quieren ganar, te estudian.

BB: Complétame esta frase: Paola Longoria es…

PL: Una mexicana que siempre ha tratado de dar lo mejor de ella, es una chava normal como cualquiera, pero que, sí te puedo decir, disfruta y le encanta lo que hace, el ráquetbol.