Recorrido falla sísmica Mixcoac-Plateros (segunda parte)
En los recientes microsismos que hemos vivido de manera recurrente en los últimos meses en la capital del país, hemos visto daños que no se habían percibido en años anteriores.
En esta segunda parte del recorrido por la falla geológica ubicada en Mixcoac-Plateros, en la Ciudad de México, de la mano de expertos de la UNAM, nos explican cómo se están haciendo los estudios para saber con exactitud cómo se está comportando esta falla y qué se puede esperar en un futuro próximo.
Platicamos con uno de los especialistas en sismos más reconocidos, el dr. Leonardo Ramírez Guzmán, coordinador de Ingeniería Sismológica del instituto de Ingeniería de la UNAM.
“La pregunta quizás más crítica es ¿por qué tenemos daños?, y esa respuesta todavía no la tenemos. ¿Qué es lo que pasa?, ¿por qué tiembla generalmente? Bueno, las causas de los temblores, en general, se deben a la reactivación de fallas existentes, es decir, que ya en algún momento se creó el mecanismo, se fracturó la corteza y se caen los mecanismos para que haya el desplazamiento”.
Algunos dicen que la extracción de agua en la CDMX pudiera estar causando estos movimientos telúricos. El dr. Ramírez me responde:
“Eso lo tenemos que investigar, porque una de las cosas que necesitamos tener bien claro es dónde están las fallas, para poder hacer modelados y evaluar los esfuerzos. Una teoría más que está ahorita estudiándose es la creación o la generación de temblores por temblores más grandes. Eso sabemos que ocurre en el mundo, hay temblores que han detonado temblores más pequeños en algunas zonas, por ejemplo, en California, en Sudamérica, y parece que algunos de los temblores, quizás algunos de los microsismos que tenemos están siendo generados o detonados por esos sismos más grandes que tenemos en la costa del Pacífico”.
La ingeniera Verónica Bautista, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, nos explica cómo se están haciendo los estudios para conocer a fondo la causa de los sismos en la CDMX.
“El Instituto de Ingeniería ya cuenta con una red que tiene mucho tiempo donde monitorea sismos chiquitos, grandes, así, pero cuando surgen movimientos nuevos en el suelo, en la superficie, hay métodos más específicos para seguir viendo y estudiando el comportamiento del suelo.
“En esta zona ya tenían instalados acelerómetros, donde se registran los movimientos y la magnitud cuando surge un sismo, pero lo que se pretende con este nuevo sismo es instalar un acelerómetro a cien metros de profundidad para ir monitoreando la parte que quedó fracturada, y así podemos ir monitoreando qué tan frecuente es, si ya se detuvo, o si van a continuar los movimientos.
“Como no se conoce la profundidad de la falla de forma específica, se van a hacer muchos métodos de geofísica y exploración geotécnica, lo que se va a instalar a cien metros es porque, digamos, el equipo es como el límite que permite, o sea, es un cable que va a cien metros, se pone un instrumento que mide, pero el cable solamente tiene cien metros de longitud, nosotros hubiéramos querido bajar más, pero no se puede, tampoco podemos a llegar a la corteza de la Tierra. Pero podría estar a 500 metros, un kilómetro, cien metros, 120, como puede ser con el pozo, si tenemos suerte la toquemos, llegamos a tocar la falla o no.
“Con esta información podemos ver el comportamiento, si está en terrenos muy blandos o si está en roca cómo fallaría, o sea, porque las rocas y los suelos fallan de manera diferente”.
El dr. Leonardo Ramírez nos cuenta cómo se han apoyado de nuevas tecnologías para conocer mejor sobre las fallas sísmicas y el tipo de suelo en el que están.
“Pudimos utilizar los satélites para hacer tomografía justamente y la topografía nos permitió ver que había hundimientos permanentes que para poder haber hecho este tipo de estudios deberíamos haber hecho un estudio topográfico antes del sismo y después, el satélite, como está pasando todo el tiempo, nos permitió hacer el equivalente en campo, gracias a la tecnología satelital.
“Y tenemos a la vista una campaña de medición topográfica porque queremos tener con mucha precisión cuál es el estado actual de la topografía en la zona, estamos haciendo el monitoreo de la región para detectar pequeños sismos y poder dibujar, al menos en este momento, con los epicentros, la geometría de la falla.
“Estamos, como ya le mencionaba, trabajando en los preparativos de un estudio de reflexión que vamos a utilizar en este caso un Vibroseis y nodos con los que vamos a detectar el movimiento y esos reflectores que nos van a indicar el tamaño de la falla.
“El Vibroseis es un camión que tiene básicamente, piensa en una pata de elefante y que pega al piso y genera ondas sísmicas que después se van a registrar en nodos o geófonos que después vamos a procesar para obtener esa información de la estructura más profunda.
“Y finalmente, estamos haciendo una excavación, vamos a comenzar con una excavación del pozo cerca de esta zona para instalar un sensor a cien metros de profundidad y vamos a monitorear con aparatos de GPS toda la zona para ver los movimientos muy pequeños que ocurren en esta zona, casi imperceptibles, con otro tipo de instrumentación. Y, por supuesto, seguimos trabajando con las imágenes satelitales, revisando qué es lo que ha estado pasando desde que tenemos información que nos comparten las diferentes agencias internacionales en el asunto”.
¿Qué tanto riesgo hay, si se tiene una falla sísmica como ésta?, le pregunte al ing. Ramírez:
“En realidad sería la grieta que puedes, de alguna forma, controlar, hay muchos métodos para controlar este tipo de estructuras que se presentan por fallamientos, digamos, más profundos, hay mucha experiencia en Estados Unidos, como en Europa, de este tipo de fallas. Estadios de futbol, como el de la Universidad de Berkeley, cerca de San Francisco, se construyó en torno a una falla sísmica.
“Ése es un estudio icónico, porque la falla justamente cruza el estadio y el estadio está diseñado para que pueda soportar cualquier movimiento que ocurre directamente, ahí la falla, a diferencia de lo que pensábamos que aquí está ocurriendo, ahí está expuesta, ahí sí la grieta y la falla, digamos, son la misma cosa: aquí pensamos que la grieta probablemente es solamente esa expresión y la falla está mucho más profunda.
“Hoy no tenemos ningún elemento para decir que sí van a ocurrir o que no van a ocurrir nuevos sismos, lo que podemos decirles es que debemos estar listos, preparados para un evento. Los sismos no se pueden predecir. Y la alerta sísmica, estando tan cerca del epicentro, no nos puede adelantar el movimiento telúrico.