Salud pública, una bomba por detonar
Desde 1965 no habíamos tenido un movimiento médico tan serio como el que se está gestando en este momento. Los médicos se han unido, y han marchado con sus batas blancas para exigir que no se castigue por homicidio culposo y se persiga penalmente a 16 de sus colegas, por una presunta negligencia médica en la muerte de un menor, ocurrida en un hospital de Jalisco a principios del 2010.
Dos compañeros de los inculpados, Carlos Moreno y Julio Bueno, fueron los que iniciaron el movimiento, luego de que el padre del menor fallecido publicó, el pasado 5 de junio, un video en el cual informaba de la decisión judicial.
En el video, Sergio Valente Gallardo Ramos, padre del menor, detalla que el 15 de noviembre de 2009, su hijo de 15 años entró al área de urgencias del hospital de Pediatría en Guadalajara por una crisis asmática, y que durante el proceso de exploración, personal médico le perforó los pulmones y los intestinos. En el certificado de defunción no se señalan las verdaderas causas de la muerte del joven.
Es muy triste que se den situaciones de este tipo, pero la realidad es que los médicos son humanos y cometen errores que pueden costarle la vida a alguien. Sin embargo, también hay que reconocer que los médicos trabajan con dificultades, y que muchas veces no cuentan ni siquiera con los instrumentos indispensables para realizar su labor.
El grupo de médicos de los sectores público y privado, del IMSS y de otras instituciones de salud, así como de la UNAM, aseguran que los 16 pediatras sufrieron un proceso judicial irregular, debido a que en mayo pasado obtuvieron un amparo a favor del protocolo seguido al menor, por parte de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico. Se supone que la función de Conamed es mediar entre las partes antes de llegar a estos extremos, pero la realidad es que ha trabajado muy mal. Es un grave riesgo para el sistema de salud que ya de por sí enfrenta un problema estructural serio: la imposibilidad de atender adecuadamente a una población tan amplia que requiere de sus servicios, y la insuficiencia de medicamentos, aparatos y personal.
Es verdad que la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha documentado diez casos de negligencia médica e inadecuada atención por parte de los empleados de los servicios de salud pública en el último año. Algunas mujeres han tenido que dar a luz en la calle, porque no han sido recibidas en los centros de salud. Y eso se tiene que atender.
Lo cierto es que también hay miles de casos en los que médicos están día y noche atendiendo a los pacientes, y sin duda estos doctores no van a querer seguir trabajando si saben que por un error humano los pueden meter a la cárcel.
En Estados Unidos, la calidad de la atención médica ha bajado considerablemente porque los doctores ya no se atreven a trabajar interpretando clínicamente a los pacientes, por el alto índice de demandas. Allá, todo diagnóstico tiene que estar sustentado por equipos que puedan respaldar sus dichos. Aquí en México hay muy buena medicina clínica, pero no tenemos los aparatos que tiene EU.
La situación no es fácil. Con la implementación de la durísima reforma fiscal, muchos patrones sacaron a sus empleados del IMSS y la baja de cuotas ha afectado severamente la salud financiera del instituto. Ahora le sumamos el hecho de que se pueda criminalizar a los médicos. Si no se atiende a tiempo, será una bomba que podría detonar con graves consecuencias.
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