Secuestrador de Diego se va a Chile
¿Recuerda usted el caso del secuestro de Diego Fernández de Cevallos? Uno de los secuestradores, quien además participó en varios otros plagios en nuestro país, es el exguerillero chileno Raúl Julio Escobar Poblete.
Este fin de semana, el Gobierno de México inició formalmente el proceso de extradición del exguerrillero, conocido como El Comandante Emilio, quien es requerido por las autoridades chilenas por participar en el posible delito de atentado terrorista con resultado de muerte; además, se le imputan los delitos de robo y asociación ilícita.
Como parte de las historias de las guerrillas latinoamericanas del siglo pasado hay algunas que implicaron sacrificio, lucha, humildad social, por la forma en que, a costa de todo, se buscó acabar con dictaduras, con la desigualdad y la pobreza.
Pero también hay historias de terror; algunos de sus miembros, que fueron derrotados, siguieron usando la fuera y sus armas, ya no como una lucha por ideales políticos, sino como delincuentes.
La historia de El Comandante Emilio, el líder del desaparecido Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), de Chile, es precisamente la de un guerrillero que en su momento luchó por ideales políticos y se convirtió en un sanguinario criminal; mismo que cambió su identidad y vino a vivir a México, a San Miguel de Allende, con su pareja.
Y aquí en México, con toda la preparación que adquirieron en la guerrilla, se dedicaron a secuestrar.
Junto con otro grupo de secuestradores fue señalado por participar en otros secuestros: el del empresario Eduardo García Valseca y el de Mónica Jurado Maycotte, exesposa de Manuel Bribiesca, el hijo mayor de Marta Sahagún de Fox, entre otros.
Habían formado una banda integrada por personas originarias de distintos países. El Comandante Emilio, utilizaba una identificación mexicana apócrifa, pero la PGR lo identificó como uno de los últimos líderes del FPMR.
El Frente Patriótico Manuel Rodríguez fue creado por el Partido Comunista de Chile como una organización armada para la resistencia contra la dictadura de Augusto Pinochet. La mayoría de sus integrantes fue entrenada militarmente en Cuba y otros países, y regresaron en forma clandestina a Chile. Fueron, durante años, una de las principales expresiones de resistencia en ese país; e incluso estuvieron a punto de acabar con la vida de Pinochet.
La respuesta del régimen fue brutal y en una operación llamada “La Noche de Corpus Christi”, varios de sus dirigentes fueron localizados, detenidos, torturados y asesinados. A partir de allí comenzó el deterioro del FPMR que, con el tiempo, se fue distanciando cada vez más de un Partido Comunista que quería seguir la resistencia por la vía política, no armada.
Cuando cae Pinochet, esa ruptura era total, sobre todo porque una fracción del FPMR decidió seguir la lucha armada contra el gobierno de Patricio Aylwin, producto de la coalición de todas las fuerzas antipinochetistas, considerando que era una forma de “continuismo” de la dictadura.
Fue un error brutal que se vio reflejado en el asesinato del senador Jaime Guzmán Errázuriz, un sindicalista cercano a Pinochet, un ataque con lanzacohetes contra la embajada estadounidense y el secuestro de un familiar del dueño del influyente periódico chileno El Mercurio.
Entre mayo y octubre de 1990, El Comandante Emilio cimentó su reputación como uno de los hombres más letales del FPMR, luego de tres asesinatos junto a su subalterno, El NegroPalma.
Raúl Julio Escobar Poblete, de 54 años, era prófugo de la justicia desde 1993 y desde esa condición logró sacar de prisión a varios de sus compañeros.
Casi 10 años después, en 1996, se supo nuevamente de El Comandante Emilio cuando un helicóptero, del que colgaba una suerte de jaula blindada, aterrizó en el patio central de la cárcel de Santiago para liberar a sus compañeros.
Desde ese entonces huyó de Chile, llegó a México y fue buscado por la Interpol, sin éxito. Secuestró, robó y torturó en nuestro país. Formó grupos criminales y logró durante años escapar de la justicia.
En mayo de 2017, este exguerrillero fue detenido mientras realizaba otro secuestro, el de una mujer franco-estadounidense en San Miguel de Allende.
Ahora, derivado de un requerimiento de extradición formulado por el Gobierno de la República de Chile, la Agencia de Investigación Criminal de la PGR ejecutó en reclusión la orden de detención con fines de extradición.
Ha pasado mucho tiempo, pero finalmente este hombre será extraditado: y al igual que ha enfrentado a la justicia mexicana, hoy tendrá que encarar a las autoridades de su país. Sólo se tendrá que garantizar que nunca más pise territorio mexicano.
Se movía en altas esferas
El exgerrillero chileno Raúl Julio Escobar Poblete burló a la Interpol durante 21 años. La última vez que se supo de él había sido en 1996, cuando se fugó en un helicóptero de una cárcel de alta seguridad en Santiago.
En 2017, cuando el delincuente fue detenido, el juez chileno Mario Carroza aseguró que se pudo identificar a Escobar gracias al envío de registros de sus huellas a la policía mexicana.
A Escobar se le acusa en su país del delito de atentado terrorista con resultado de muerte. Aquí era uno de los líderes de una banda de al menos siete integrantes de cuatro nacionalidades diferentes, que en una década realizó ocho secuestros de alto impacto de empresarios y políticos; entre ellos el de Diego Fernández de Cevallos, quien estuvo cautivo en 2010 durante siete meses.
El chileno vivía en México bajo la identidad de Ramón Alberto Guerra y se presentaba como un próspero agente inmobiliario. Su pareja, Isabel Mazarro, como dueña de una galería de arte y experta en arreglo personal. Ambos eran invitados asiduos a las fiestas y eventos sociales más exclusivos de San Miguel de Allende.
Los secuestradores metían a sus víctimas en contenedores de madera durante varios meses. En algunos momentos, también eran encerradas en cajas similares a un ataúd. En 2014, el Jefe Diego afirmó que sus secuestradores eran “profesionales”, que siempre intentaron demostrar una tendencia ideológica. Raúl Escobar fue notificado el domingo de la solicitud de extradición en su contra.