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Secuestros a pedido

El secuestro de niñas y adolescentes para incorporarlas a la trata de personas se ha intensificado en muchos estados del país, particularmente en Guerrero.

 

Estando en el puerto de Acapulco, platiqué con varias mujeres que viven en las zonas alejadas de la zona turística y todas cuentan la misma historia. No dejamos a nuestras hijas salir solas, y mucho menos al caer la noche, se están robando niñas en las zonas marginadas.

Parece una historia de terror, pero estas versiones coinciden con otra historia que quedó al descubierto hace unos días en Chilpancingo. Se desmanteló una red de trata de personas que secuestraba jovencitas de preparatoria y universidad. Los proxenetas buscaban en los archivos de la Universidad Autónoma de Guerrero a ver quién les gustaba, y esas niñas eran las que secuestraban. Un trabajador de la universidad, que acaba de ser detenido, tenía la conexión con los criminales y era quien les daba acceso a los archivos.

La red quedó al descubierto cuando Gloria, una joven que estaba secuestrada, logró escapar y les dio a las autoridades la dirección donde la habían tenido cautiva, y ahí había más víctimas.

Cuando Gloria huye logra llegar a una estación de la Policía Municipal para pedir auxilio.

Fue entonces que elementos del Ejército Mexicano, la Policía Estatal, Ministerial y peritos de la Fiscalía General del Estado realizaron un operativo conjunto y arribaron al domicilio, ubicado muy cerca del centro de la capital.

Al llegar al lugar, los uniformados encontraron y rescataron a cinco mujeres, tres de ellas menores de edad, quienes habían sido secuestradas. Las jóvenes fueron identificadas como María “N”, de 17 años; Gabriela “N”, de 17; Dafne “N”, de 24; Gabriela “N”, de 16, y Yosimar “N”, de 18 años de edad.

Además, se detuvo a un hombre que fue plenamente identificado por las mujeres.

Las primeras investigaciones revelaron un hecho que sorprendió a todos y de inmediato se pusieron en contacto con las autoridades de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro). Y es que el hombre detenido, Lorenzo “N”, fue identificado como empleado administrativo de la Escuela Superior de Gobierno y Gestión Pública (ESGyGP) de la UAGro.

Fue entonces que se supo que se trataba de una red de trata de personas que secuestraba a estudiantes de universidad y bachillerato, con la presunta colaboración de al menos un empleado de la casa de estudios.

Lorenzo era el encargado de acceder a los archivos de la escuela para elegir a las posibles víctimas, ya que tenía acceso a la información de cientos de estudiantes.

De hecho, algunas versiones de exalumnos señalan que Lorenzo tenía acceso a sus calificaciones, lo que aprovechaba para obligar a estudiantes a prostituirse. La UAGro negó la versión y aseguró que “en la asignación de evaluaciones son las y los docentes quienes firman cuadros de calificaciones, por lo que es imposible que el personal administrativo las modifique o altere”.

En el departamento ubicado en el último piso del inmueble donde fueron localizadas las jóvenes, se aseguraron computadoras, laptops y equipos celulares; desde ahí operaban cuentas de Facebook y otras redes sociales, que eran utilizadas para ofrecer el servicio sexual de las jóvenes secuestradas.

Además, se encontraron colchones, colchonetas, tres sillones adaptados para la práctica del sexo, lencería, ropa, condones, lubricantes y medicamentos controlados, que al parecer ocupaban para mantener sedadas a las mujeres.

Las jóvenes declararon ante el Ministerio Público que habían sido forzadas a prostituirse y que eran obligadas a grabar videos pornográficos. Este material  era subido a redes sociales por los tratantes y así promocionaban a las chicas.

Sobre los hechos, el rector de la UAGro, Javier Saldaña Almazán, dijo que la institución no protegerá a ningún empleado que se involucre en actos que vulneren la ley: “Si este joven incurrió en alguna ilegalidad, que se le investigue”. Además, confirmó que una de las estudiantes liberadas cursaba la licenciatura en la Universidad, mientras que otras cinco estudiaban en distintos bachilleratos de la ciudad.

Por lo pronto, la Fiscalía investiga si la desaparición de Ulani Monserrat Nava Landín, de 23 años, exestudiante de la UAGro, está vinculada a esta red de trata.

Ulani Monserrat, quien desapareció el pasado 15 de enero en Chilpancingo, estudiaba la licenciatura de Gobierno y Gestión Pública, misma en la que laboraba Lorenzo, presunto responsable de la red de trata; sin embargo, Ulani se dio de baja de manera voluntaria el 12 de abril de 2018.

El pasado 23 de enero, Lorenzo “N”, el único detenido, fue vinculado a proceso por el delito de corrupción de menores y lenocinio en agravio de seis mujeres.

Lo cierto es que, desde hace varios meses se han incrementado las denuncias de mujeres desaparecidas en municipios como Iguala, Acapulco y Chilpancingo.

Tan sólo el pasado 22 de enero, elementos de la Policía Ministerial de Guerrero, adscritos a la Fiscalía Especializada contra el Secuestro, rescataron a una menor plagiada en Ometepec.

La joven, quien estuvo cautiva seis días, fue privada de la libertad el 16 de enero, cuando se trasladaba a la secundaria.

En el operativo de rescate fueron detenidos José Antonio “N”, Juan Carlos “N”, Abraham “N”, Juana Mónica “N”, y una menor de edad.

El 16 de enero, la Fiscalía de Guerrero reportó la desaparición de Sandra Guadalupe Villa Jiménez de 18 años, quien vivía en Coyuca de Benítez; la joven fue vista por última vez en el fraccionamiento San Antonio. No se sabe nada de ella.

En octubre de 2018, la Fiscalía del estado reportó 113 personas desaparecidas, de las cuales 34 eran mujeres. Acapulco era la ciudad con más casos, seguido de Chilpancingo, Iguala y Chilapa.

De acuerdo con el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o
Desaparecidas, en 2017 hubo 316 personas desaparecidas en Guerrero.

El viernes 18 de enero, el Ministerio Público Federal en la entidad publicó a través de Twitter una campaña para denunciar la trata de personas llamada: #PuedesVerme #CanYouSeeMe.

En el tuit se leía: “La esclavitud es una realidad que afecta a millones de hombres, mujeres, niñas y niños. Ayuda a identificar a las posibles víctimas y #denuncia. Conoce la campaña #PuedesVerme #CanYouSeeMe y hagamos de la conciencia una acción”.

El propósito de la campaña es mostrar al público “indicadores” de la trata de personas, para que la puedan reconocer y denunciar.

El secuestro de una niña para prostituirla es uno de los delitos más deleznables; las autoridades están trabajando en el rescate y prevención, pero aún falta mucho por hacer y los plagios de niñas están lejos de cesar.

Combaten delito

La fiscalía General de Guerrero se sumó a través de redes sociales a la campaña #PuedesVerme #CanYouSeeMe, con la cual busca generar conciencia entre la población a fin de atacar el problema de la trata de personas en la entidad.

“Únete a esta campaña, te necesitamos para encontrar soluciones a uno de los problemas más abominables de nuestro mundo actual, la #TrataDePersonas”, dice uno de los mensajes difundidos en su cuenta de Twitter.

“La esclavitud es una realidad que afecta a millones de hombres, mujeres, niñas y niños. Ayuda a identificar a las posibles víctimas y #denuncia. Conoce la campaña #PuedesVerme #CanYouSeeMe y hagamos de la conciencia una acción”, describe en otro.

 

Y es que los casos de mujeres que han sido privadas de su libertad en esa entidad se han multiplicado. Apenas hace una semana se dio a conocer el  caso de una menor de 16 años que fue secuestrada cuando se trasladaba a su escuela secundaria. Gracias a la oportuna intervención policial, la joven fue rescatada y cuatro personas fueron detenidas. Y el lunesse identificó una red de trata que plagiaba a jóvenes de preparatoria y de la UAGro y las obligaba a prostituirse.