Sin educación no hay perspectiva
En México tenemos historias de estudiantes sobresalientes como la de Francis Valeria, de 15 años, quien ha sido la primera aspirante del concurso de ingreso al bachillerato, convocado por la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior, en lograr un puntaje perfecto. Ningún error en las 128 preguntas.
Ha sido la única en alcanzar ese logro en los 19 años que lleva de aplicación esta prueba. Habla muy bien de ella, pero mal de nuestro sistema de enseñanza. Valeria había estudiado en una escuela privada, pero su sueño era ingresar a la Escuela Nacional Preparatoria numero 8, Miguel E. Schultz, porque ahí trabaja su papá, quien es físico.
De los 309 mil 502 estudiantes que presentaron ese examen, la gran mayoría tendrá un lugar para cursar la educación media. El 91.9 por ciento de los estudiantes tendrá acceso a las distintas instituciones, es el porcentaje más alto de los últimos 19 años. Sólo aquellos que no cumplieron con los requisitos no serán aceptados.
La capacidad para recibir estudiantes para que cursen el bachilletato es mucho mayor en la zona metropolitana del país que en el resto de la República Mexicana.
Pero la realidad es que el sistema educativo medio y medio superior tiene problemas de fondo.
El ciclo universitario no alcanza para todos. Es prácticamente imposible que la UNAM y muchas otras instituciones públicas como la UAM o el IPN cuenten con suficientes espacios para la demanda que hay.
Además, muchos estudiantes vienen de preparatorias y tienen pase directo aún cuando no son los mejores y tampoco se esfuerzan porque saben que su espacio lo tienen asegurado.
El otro problema es que hay pocas opciones para los jóvenes de estudiar una carrera técnica u otras carreras cortas que puedan darles la oportunidad de aspirar a un mejor trabajo o a un mayor espacio de opciones.
Se necesitan más carreras cortas, más opciones, pero para poder tener un nivel competitivo en una escuela secundaria o preparatoria, y más para ingresar a la universidad, los niños tendrían que estar mejor preparados.
Como publicó ayer La Razón, de los 130 mil profesores de todo el país que presentaron la prueba para ocupar una plaza, 79 mil son “no idóneos” para dar clases.
El 60.5 por ciento de los normalistas, profesionistas o maestros en funciones que participaron en el examen del concurso de oposición para el ingreso a la educación básica reprobaron y quedaron fuera para ocupar el cargo de maestros o directivos.
Es decir, seis de cada 10 de las personas que aplicaron para el examen docente, reprobaron. Y estas cifras terminaron siendo mejores a lo esperado, porque la realidad es que la mayoría de los maestros menos calificados, como son los de los estados de Oaxaca y Michoacán, simplemente, y como siempre, no se dejaron evaluar.
En Oaxaca sobre todo han tenido intensa actividad, pero por supuesto que no en el salón de clases, sino metiéndose a oficinas privadas y aventando a la calle cuanto mueble o archivo encontraron.
El país enfrenta un problema real de educación. Se espera que con la nueva reforma educativa pueda empezar a resolverse, aunque la situación sea compleja. Por una parte, la ley debe de hacerse valer, y, por otra, tratar de solucionar el grave problema que hay para que más estudiantes puedan tener la oportunidad de ingresar a una vida laboral o profesional, ya que sin eso no se puede esperar un mejor nivel de vida para los mexicanos.
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