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“Tengo mucha responsabilidad y realizo mi mejor esfuerzo”

Ahora en un Café con…  Jorge Alcocer, secretario de Salud del Gobierno federal, quien el lunes próximo comparecerá ante el Senado de la República, compartió en una entrevista Muy Personal su lado humano y consideró que el secreto para avanzar en la administración pública es trabajar en equipo. Además de ser Premio Nacional de Ciencias, antes, durante su época como estudiante, dibujaba los retratos de los próceres para las biografías que se expendían en las papelerías.

Bibiana Belsasso (BB): Usted nace en una familia muy unida, con muchos hermanos…

Jorge Alcocer (JA): En lo que recuerdo fueron años fáciles en alguna forma, limitados en lo general porque somos siete hermanos para una familia de clase social media baja, y el esfuerzo de mis padres es para mí todavía un recuerdo muy importante. Con el esfuerzo de mis padres se pudo que todos tuviéramos alguna formación profesional.

BB: ¿A qué se dedicaba su papá?

JA: Mi padre era maestro rural en Yucatán, porque la familia Alcocer viene de Río Lagartos ese estero tan bonito que hay, y después se fue a Mérida a terminar la preparatoria. Quiso estudiar Medicina y se trasladó a Pachuca; de ahí intentó venir a México y no pudo estudiar, no fue aceptado, no tuvo dinero. Entonces se dedicó a trabajos diferentes para sustento, pero no profesional.

BB: ¿Y dónde conoce a su mamá?

JA: En Pachuca conoció a los hermanos de mi mamá y luego a ella; y pues ahí quedó prendado de Carmen, mi mamá, y después se fueron a vivir a la Ciudad de México, donde yo nací, ahí en la colonia Algarín, y ahí estuve.

BB: ¿Qué acabó estudiando su papá?

JA: Trabajaba como contador; y cuando yo nací, en 1946, tuvo la oportunidad de laborar como taquillero y contador de la Plaza México; y en la mañana, del Estadio de la Ciudad de los Deportes. Eso era lo que nos hacía que no lo viéramos ni los domingos, porque todos los días trabajaba hasta las ocho de la noche y los domingos debía atender esas dos áreas de mucho trabajo.

BB: Doctor, me cuentan que usted fue un niño que tuvo problemas de salud y eso influyó en que quisiera ser médico…

JA: Efectivamente. Tenía con frecuencia amigdalitis, fiebres intensas y me tiraban en la cama y hasta duraba a veces hasta un mes sin ir a la escuela y mi madre, que siempre me cuidaba, me decía: “no te preocupes, tú ya no sufras, tú vas a ser médico para saber curar estos problemas”, eso tal vez influyó en que estudiara Medicina.

BB: Es fuerte lo que decimos las mamás a los hijos, ¿verdad?

JA: Es  incomparable lo que las madres quieren a los hijos. Yo tenía mucho interés y facilidad por las matemáticas, pero dije: “Bueno, en alguna forma yo voy a tener el seguimiento de las matemáticas” y me metí a la Secundaria 4 y luego a la Preparatoria 4 y después a la Facultad de Medicina.

BB: Se titula como cirujano y con mención honorífica, un logro para un niño que no la tuvo fácil en el tema económico…

JA: Veía la dificultad de mis padres para tener el dinero, entonces desde que estaba empezando prácticamente la prepa me puse a dibujar con tinta china; y después mi abuelo, él sí era profesor aquí en la Ciudad de México, inauguró lo que después, por muchas décadas, era ir a comprar una monografía a los estanquillos, a las papelerías: “oiga, quiero una foto de Miguel Hidalgo” y eso antes así era y la compraban, pero antes de eso yo hacía los dibujos de Miguel Hidalgo, de nuestros héroes, de la República Mexicana para poder tener clases de Geografía, con y sin divisiones de los estados; me los sabía de memoria.

BB: El Dr. Alcocer tiene una parte muy artista, le gusta la pintura, la fotografía, pero  su principal interés  es la Medicina.  

JA: Sí, estudié Medicina, tuve el privilegio de cursar la carrera en la UNAM y el privilegio posterior de haber sido aceptado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas; ésos son los manantiales a los que me refiero. Otro personal es el tener una mujer médica; cómplices en todo esto.

BB:  Margarita ha tenido un papel importantísimo en su vida. Usted trabajó de doctor durante más de 45 años en este Instituto Nacional de Nutrición, que es uno de los institutos más importantes, más serios de este país, y siempre a la par su esposa Margarita apoyándolo.

La gente tiene que tener principios, tiene ética, ve el humanismo como una de sus

cartas más importantes de la vida. El día que yo me sienta o me digan que ya cambié, ya no sería Jorge Alcocer”

 

JA: ¿Y cómo sabe? Yo lo anuncié alguna vez en las dificultades de ser investigador, porque otra de las facetas que tuve fue preocuparme por el origen de las enfermedades; hacerme preguntas: bueno, este paciente tiene lupus, ¿qué fue un motivante?, ¿de dónde se origina el lupus? Este paciente tiene un tipo de artritis o tiene una enfermedad relacionada con el cáncer, y así me dediqué a eso.

BB: Y parte de la investigación la pudo hacer gracias al apoyo de su esposa.

JA: Sí, porque ganaba y ganó, hasta la semana pasada que se acaba de jubilar de la UAM, ganó más que yo.

BB: Eso, el amor a la Medicina, usted ha hecho muchísima investigación, en epidemias, en infecciones, en lupus…

JA: Sí, ahí menciono una clave importante, que tomé la decisión y orientado por médicos del Hospital General. El hospital fue una cuna de aprendizaje, desde hacer autopsias, acompañando o trabajando con el doctor Ruy Pérez Tamayo (…).

BB: Y ha trabajado con grandes médicos en Nutrición.

JA: En Nutrición sí. El ejemplo, la mística que nos repartía el maestro Zubirán en papel y en la práctica fueron parte de la formación y, desde luego, tener la libertad de investigar, el estar ligado a jóvenes, ayudarles a conducir sus trabajos, sus experimentos, sus tesis y sus maestrías y doctorados y que trascendió no sólo a México, sino a Latinoamérica.

BB: Platíqueme  de su especialidad.

JA: Solicité al Conacyt una beca y la obtuve para irme a Inglaterra para perfeccionar cosas de Inmunología, en una unidad de Zoología de la Universidad de Londres, y estaba dispuesto dos años, pero ahí empiezan los problemas y hay que resolverlos; el entonces presidente José López Portillo, que defendía a la nación como un perro, a nuestra moneda y a nuestro producto de desarrollo, mandó cortar las becas porque había problemas, entonces me quedé en lugar de dos años, un año, se cortó la beca y tenía que regresar, pero pedí un préstamo, me alcanzó lo que me prestó el Banco de México por seis meses más y me quedé un año y seis meses, en lugar de dos años.

BB: Me decía que le gustaban muchos los viajes cuando sus hijos eran pequeños…

JA: ¿A dónde iba?, primero a Acapulco; sigue siendo nuestro gusto común, aunque yo no tengo las escamas de mi esposa, ella fue nadadora, muy buena, y mis hijos también. Mi hija estuvo en el equipo nacional de nado sincronizado y mi hijo en el de waterpolo, pues ellos tienen escamas, yo no.

BB: ¿Cuántos años tiene de casado?

JA: Yo estoy ensayando para este 8 de octubre próximo el aniversario 49, porque el otro año, si todavía estamos en este mundo, cumpliremos 50 años.

BB: Su hija, psiquiatra y su hijo, fiscalista.

JA: Así es.

BB: ¿Nietos?

JA: Cuatro, y muy contento también, dos de ellos tocan el piano, porque tienen algo adentro del arte, otra pinta, que ya quisiera yo pintar, ni lo que yo pintaba o dibujaba, y mi nieta es una maravilla porque hace de todo y lo hace con gusto y muy bien y es la consentida, es la más chiquita.

BB: Doctor, usted ha dicho que no es político, pero está de secretario de Salud con muchísima responsabilidad en esta administración, en esta Cuarta Transformación.

JA: Sí, tengo mucha responsabilidad, soy consciente de ello, hago mi mejor esfuerzo, pero yo tengo un secreto para ello, como lo hacía en otros lados, hay que trabajar en equipo.

BB: Después de ser médico dejó el instituto, ¿cómo se siente?

JA: A veces un poco nostálgico, pero en otras fortalecido, porque sigo con el mismo objetivo que tuve desde hace muchos años, trabajar por la gente.

BB: Doctor, ¿cuál ha sido el día más triste de su vida?

JA: Para qué me pregunta eso, no había pensado en días tristes, los de siempre, en uno son cuando mueren nuestros padres, pero no sólo los padres, yo me acuerdo cuando murió el Che Guevara (Ernesto Guevara, médico y guerrillero), yo sentí que se estaba perdiendo una pieza importante en el desarrollo de la humanidad.