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Trump, con mayoría absoluta

Donald Trump llega a la presidencia de Estados Unidos, en su segundo mandato, con el Partido Republicano con la mayoría en la Cámara de Senadores, de Representantes, y también con la mayoría de los ministros de la Suprema Corte a su favor.

Tanto la Presidencia de la República como el Senado estadounidenses cambian de ser demócratas a republicanos.

En el Senado, los republicanos se colocan con 52 escaños por 41 de los demócratas, de un total de 100. Las victorias decisivas provinieron de Bernie Moreno, en Ohio; Jim Justice, en Virginia Occidental, y Deb Fische.

Además, los republicanos mantienen el control en la Cámara de Representantes, donde obtuvieron 200 asientos por 181 de los demócratas, de un total de 435.

Donald Trump, será, sin duda, un presidente con muy pocos contrapesos. Podrá hacer prácticamente lo que quiera.

Trump sabe que no puede buscar la reelección, así que su mandato será mucho más duro.

A nivel gubernaturas, el partido republicano también sumó, pues tendrá el control en 27 estados por 23 de los demócratas.

Había siete estados denominados columpio o bisagra, en los que se iba a definir la elección, y fue ahí donde el voto fue compartido, la capital del estado para los demócratas y la Presidencia para Trump. Sucedió en Carolina del Norte, ya que a nivel gubernatura se llevó el triunfo el demócrata Josh Stein, con 54.9 de los votos, pero para presidente, el estado le dio a Donald Trump la victoria con los 16 votos electorales.

Además, en algunos de esos estados columpio en las capitales votaron por Kamala Harris, pero en los demás lugares Trump se llevó los votos, incluso, se impuso en los estados clave de Carolina del Norte, Georgia, Pensilvania y Wisconsin.

En cuanto a Pensilvania, conocido como la joya de la corona, es otro estado que Trump perdió en 2020, pero que en este año le sumó; sin embargo, su capital, Filadelfia, y la otra ciudad importante, Pittsburgh, fueron para los demócratas.

Otros estados donde las capitales y ciudades importantes fueron demócratas se vivieron en Arizona, pues Phoenix se pintó de azul, al igual que Tucson, pero no fue suficiente y los republicanos al final se quedaron con la mayoría de los votos. Caso similar ocurrió en Nevada, donde Las Vegas fue para Kamala Harris, pero ciudades como Reno fueron para Trump.

Esto es muy similar a la forma en que votaron en México en las pasadas elecciones intermedias del 2021 y en la presidencial en 2024, cuando la mayoría de los votos en las ciudades fueron para la oposición y Morena, partido en el poder, se quedó con las gubernaturas, la Cámara de Diputados, la Cámara de Senadores y ahora, después de este voto en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dirigirán desde el Ejecutivo también el Poder Judicial.

Ahora llega Donald Trump en una elección en la que lo ganó todo. Cuando agradeció a sus seguidores, el magnate subió al escenario rodeado de su familia, en un centro de convenciones en West Palm Beach, Florida, donde agradeció a sus seguidores y describió el triunfo como parte de “un movimiento que no se había visto nunca antes”, y aseguró que éste alcanzará “un nuevo nivel de importancia”.

En sus primeras palabras, enfatizó la necesidad de “sanar” al país, un mensaje recurrente en su campaña, y habló de la urgencia de resolver los problemas fronterizos, pues criticó las políticas migratorias de la administración actual, afirmando que su Gobierno buscará “arreglar la situación de la frontera y corregir lo que sea necesario”.

Justo dos promesas de campaña que se traducen en cómo va a endurecer sus posturas Trump con México.

Quien crea que el Trump que le tocó a López Obrador será el mismo que gobierne en esta nueva etapa, se equivoca.

El Trump de 2018 no tenía mayoría absoluta y, además, contaba con muchos detractores dentro de su mismo partido, hoy lo controla él.

También está el problema del fentanilo, que no tuvo en su primer mandato: más de 100 mil muertes al año y calles enteras de gente adicta a esta droga.

En esta campaña electoral, Trump habló de acabar con los cárteles de la droga en México. Incluso, ha estado intentando sacar una ley que permita que su país vaya contra los cárteles de la droga en México acusándolos de terroristas. Vuelve a la Casa Blanca con una retórica más radical contra la inmigración, entre sus propuestas está una deportación masiva de migrantes indocumentados para frenar lo que él califica como “invasión” del país.

Al inicio de su campaña dijo, acompañado de su compañero de fórmula, J.D. Vance, en una entrevista con Fox News: “El problema es que México está petrificado ante los cárteles, porque ellos podrían quitar al Presidente en dos minutos”.

En dicha entrevista aseguraron que los cárteles de la droga en México son responsables de las miles de muertes que tienen en Estados Unidos, y que el Gobierno de México está sometido a ellos.

Trump fue claro y duro: “México va a tener que ordenarse muy rápido, se están matando a más de 300 mil personas con fentanilo en nuestro país. Les daremos poco tiempo para que controlen su frontera. Estoy seguro de que no lo van a hacer bien, y después veremos la acción a emprender”.

Con esto se refiere a que Estados Unidos podría trabajar para contrarrestar a los grupos criminales en México.

El candidato a vicepresidente, J.D. Vance, agregó: “El Gobierno de México, aunque no lo digan abiertamente, quieren que el Presidente Trump tome con seriedad el tema de los cárteles de la droga, porque éstos también están desestabilizando su país, pronto ya no serán un verdadero país, serán un narco Estado, si no lo controlamos nosotros”.

Trump aseguró que el Gobierno de México le tiene miedo a los cárteles de la droga, porque “ellos son los que manejan el país”.

Estados Unidos tiene una ley bajo la cual pueden enviar tropas a países donde hay terroristas que puedan atentar contra su seguridad. Y se ha clasificado a los cárteles de la droga mexicanos como terroristas desde la administración de Donald Trump.

Esta propuesta, que inicialmente hizo el expresidente, tenía como finalidad permitir a Estados Unidos invadir las zonas en conflicto, como ocurrió en Irak y Afganistán.

En pocas palabras, si los cárteles de la droga en México son terroristas, Estados Unidos puede contrarrestarlos y en nuestro territorio.

Además, autoridades estadounidenses aseguran que los principales líderes de los cárteles mexicanos se refugiaban en nuestro país, y no están equivocados.

Trump envió la propuesta en 2019, y ésta no pasó en el Capitolio debido a las relaciones diplomáticas con México, pero a partir de su toma de posesión tendrá mayoría en ambas cámaras, así que lo podrá hacer.

Y mientras en México, Morena utiliza todo el poder que ha ganado en las urnas para hacer la reforma al Poder Judicial, una reforma que afecta directamente todos los tratados comerciales internacionales. Trump, de igual forma, puede utilizar, paradójicamente, también todo el poder que ha ganado en las urnas para presionar a México.