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Trump, un caso de bipolaridad

Dice Wikipedia que la bipolaridad se define como “un conjunto de trastornos del ánimo que se caracterizan por fluctuaciones notorias en el humor, el pensamiento, el comportamiento, la energía y la capacidad de realizar actividades de la vida diaria”.

Quien tenga dudas de que el presidente Trump sufre de un trastorno de estas características, sólo tiene que ver el cambio respecto a México que ha tenido en sólo 24 horas. Apenas el lunes, en una larga conversación con el Presidente Peña Nieto, Trump elogiaba a México, al Presidente Peña y a su próximo sucesor, Andrés Manuel López Obrador; también a los negociadores del acuerdo comercial establecido con México.

Ayer, apareció el otro Trump, que en Twitter asegura que México terminará pagando por el muro, un tema que parecía muerto en la negociación del acuerdo coemrcial, exactamente el mismo día en que Estados Unidos iba a retomar la negociación del tratado comercial trilateral con Canadá, algo que aparentemente, Trump no ve con entusiasmo alguno.

El tuit tan inesperado como anticlimático, tuvo que ser contestado por el canciller Luis Videgaray, que volvió a repetir lo que han dicho todas las autoridades mexicanas, entrantes y salientes: México NUNCA (así lo escribió Videgaray) pagará por ningún muro.

El acuerdo establecido el lunes es, sin lugar a dudas, positivo para México. Por supuesto que hubiera sido mejor un acuerdo trilateral (aún posible si Canadá llega a acuerdos con Estados Unidos, lo que no será fácil), pero en este tipo de temas hay que privilegiar lo deseable a lo posible. Y éste era el acuerdo posible, en el marco del duro enfrentamiento entre Trump y el primer ministro canadiense Justin Trudeau.

Pero Trump no sabe, no conoce la palabra acuerdo, conoce y sabe de triunfos y derrotas, de vencedores y vencidos. Y si ya la llamada telefónica (y todo el lenguaje corporal de Trump durante la misma) con el Presidente Peña, dejándole conscientemente todo el escenario a Trump para que festinara en su mercado interno el acuerdo, parecía un exceso, el tuit del muro es, una vez más, un despropósito.

Claro que está hablando una vez más para sus electores, y claro que presentará el acuerdo comercial como un mecanismo indirecto para que México pague el muro y todo lo que se le ocurra.

En última instancia, la prisa por sacar el acuerdo, de su parte, tenía un interés claramente electoral. También México tenía prisa por sacar el acuerdo: porque el Presidente Peña quería terminar las negociaciones antes de concluir su mandato, y el Presidente electo, López Obrador, porque un acuerdo firmado le da certidumbre y estabilidad en los mercados, para comenzar su mandato (la pesadilla de la crisis de diciembre de 1994, difícilmente se disipará para cualquier Presidente al iniciar su gestión, aunque hayan pasado ya 24 años).

Habrá que aprender, y eso el gobierno mexicano y el propio López Obrador parecen haberlo entendido bien; que a Trump hay que contestarle en forma medida, pero un gobierno no debe engancharse con su retórica, con sus modales de macho alfa en decadencia y con sus tuits.

Lo que vale y lo que importa es lo que se acuerda entre gobiernos y funcionarios. A todo mundo le queda claro que, por ejemplo, México no tiene que pagar por un muro que jamás se construirá, porque Trump ni siquiera tiene presupuesto para ello.

Pero lo importante para Trump son las elecciones de noviembre próximo, donde no sólo puede perder el Congreso (hoy el partido republicano está siete puntos abajo en las encuestas) sino también, si no alcanza la mayoría en el Capitolio, hasta la Presidencia.

Mientras eso ocurre, y sin duda después también, tendremos que tolerar, sin engancharnos, a ese extraño personaje bipolar.

Una obsesión por el aislamiento

 

Un día después del anuncio del acuerdo comercial con México, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió de nueva cuenta contra el país. En la misma Oficina Oval, en donde recibió al equipo negociador mexicano el lunes, aseguró ante el presidente de la FIFA: “Sí, el muro se pagará muy fácilmente, lo pagará México. En último término lo pagará México”.

Tras esta afirmación, el canciller Luis Videgaray, quien fue uno de los funcionarios presentes en la conversación telefónica entre los presidentes de México y EU, respondió:

“Con Estados Unidos hemos alcanzado un entendimiento comercial, y hoy hay perspectivas alentadoras para la relación entre ambos países. Lo que simplemente NUNCA va a suceder es que México pague por un muro. Eso nunca ha estado a discusión”.

El pasado 20 de agosto, Trump se mostró confiado de que antes de que termine septiembre, su gobierno conseguirá fondos para la construcción del muro fronterizo: “Una barrera que se está haciendo más larga, más alta y más fuerte cada día”.

En un homenaje a los “héroes y patriotas”, aseguró: “Estamos construyendo el muro fronterizo, tal y como dijimos. […] No está siendo fácil porque tenemos una pequeña oposición llamada ‘los demócratas’. Supongo que no les importa el crimen, es muy triste”.

 

“Lo que ven en los periódicos y en las noticias no es nada en comparación con la realidad. Y lo estamos frenando de forma muy duramente”, insistió Trump.