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Un plan de estudios sin sentido

El nuevo plan de estudios que propone la Secretaría de Educación Pública (SEP) entrará en marcha como programa piloto en octubre de este año. Se aplicará en 960 escuelas del país. Para el siguiente ciclo escolar se aplicará en todas las escuelas.

Viendo lo que se propone hacer con la educación de los niños y niñas mexicanas, parece incomprensible este nuevo programa educativo. El documento dice: “No se busca enseñar conocimientos, valores, para que las niñas, niños y adolescentes asimilen y se adapten a la sociedad que pertenecen, tampoco es función de la escuela formar capital humano desde la educación preescolar, primaria y secundaria hasta la superior para responder a los perfiles que establece el mercado laboral”.

Con información de la propia SEP, explicando el plan educativo, se dice textual: “Se deben formar niños, niñas y adolescentes felices, ciudadanos críticos del mundo que les rodea, emancipados, capaces de tomar decisiones que beneficien sus vidas y las de los demás”.

Yo me pregunto si estos niños van a ser felices una vez que intenten entrar al mercado laboral y se den cuenta que no están capacitados para ello.

Hasta el momento no está claro cómo serán los mecanismos o la pedagogía que se aplicará, los libros de texto gratuito tampoco están listos para este nuevo modelo, pues la orden es usar los actuales.

Desde abril de este año, cuando la SEP presentó su propuesta para el Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 de la Educación Básica Mexicana, hubo controversias.

La dependencia planteaba eliminar los grados escolares para preescolar, primaria y secundaria, y en su lugar establecer contenidos por fases de aprendizaje.

Tras el debate, la SEP informó que estas fases no sustituirán los grados escolares, sino que el Gobierno pretende que los cambios entre una y otra etapa sean más progresivos y se vean como un proceso permanente de conocimiento.

Este programa educativo está basado en el modelo de la Nueva Escuela Mexicana, que no cuenta con precedentes, pero, según las autoridades, se caracteriza por su estructura abierta, la integración de los alumnos a la comunidad y priorizar la atención de las poblaciones en desventaja por condiciones económicas o sociales. Nunca se explica en qué estudios de pedagogía se basaron para hacer estos cambios.

Comprende seis ejes: la fase 1: Educación inicial, para niños de cero a tres años. Fase 2: Educación preescolar, para los alumnos de los tres a seis años. Fase 3: Primero y segundo de primaria, para niños de seis a nueve años. Fase 4: Tercero y cuarto de primaria, para niños de los nueve a 11 años. Fase 5: Quinto y sexto de primaria, para adolescentes de 11 a 13 años. Fase 6: Primero, segundo y tercero de secundaria, para adolescentes de 13 a 15 años.

Cuenta con cuatro campos de: Lenguajes, que involucra el estudio de español, inglés o lenguas indígenas. Saberes y Pensamiento Científico: Matemáticas, Biología, Química y Física. Ética, Naturaleza y Sociedad: Geografía, Historia y Formación Cívica. De lo Humano y lo Comunitario: Tecnología, Educación Física o Educación Socioemocional.

¿Qué se busca enseñar?

Lo más importante es la forma en que se dice se van a evaluar a los estudiantes, se dice que los maestros no podrán reprobar a los alumnos.

Ahora se centra en el avance de las y los estudiantes de “acuerdo con sus propias condiciones, ritmos y estilos de aprendizaje”; es decir, cada quien a su ritmo, aunque eso implique no estar preparados para pruebas a nivel nacional o internacional, como la Prueba Pisa, en la que de por sí México estuvo colocado entre los peores lugares.

Pensando en pocos años, tener a profesionistas no preparados no sólo le va a afectar a los estudiantes que busquen entrar al mercado laboral, también a la sociedad. Ellos serán, por ejemplo, los doctores que, para no estresarlos, nunca los reprobaron.

Pero el mercado laboral es mucho más real que lo que se pretende con este plan de estudios. Quien decide a quién contratar va a buscar al mejor preparado y ahí sí los van a evaluar.

Quienes han revisado el nuevo modelo educativo califican como “delicado” que se reduzcan las materias, optando por un aprendizaje de comunidad, en vez de dar prioridad al método científico.

De acuerdo con el nuevo modelo, las matemáticas no se eliminan, pero se reducen sustancialmente, pese a que es la materia base en la formación de niños de preescolar, primaria y secundaria para que en el siguiente nivel: medio superior, puedan tener una opción o marcar su ruta hacia las ciencias.

Los cambios también preocupan a varios padres de familia, quienes consideran que

los alumnos no están aptos para un nuevo cambio. Esto, debido a que estarán regresando apenas de dos años difíciles de pandemia que, sin duda, los hizo retroceder en su educación.

Para los padres de familia, sí es de suma importancia que sus hijos reciban la preparación adecuada para poder competir por un lugar en el sector laboral. Mientras que en México se busca un enfoque en el humanismo o ciencias sociales, en otros países, incluso en Latinoamérica, el enfoque es científico y tecnológico.

Las empresas han tenido que adaptarse a la transformación digital y buscan perfiles especializados en temas como Biotecnología, Inteligencia Artificial, Ingeniería de Datos, Ingeniería Informática o Robótica. Para esos puestos están haciendo gran parte de sus contrataciones.

Hoy, los mejores puestos laborales están en estos sectores, donde se busca que los jóvenes sean capaces de adaptación, de trabajo en equipo, proactividad, compromiso y capacidad de trabajar bajo presión.

Mientras que el nuevo modelo educativo en nuestro país se centra en hacer un cambio social, en el resto del mundo se está preparando a los estudiantes para que puedan tener un nivel competitivo para trabajar en un mundo globalizado.