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Venta de mujeres en la tierra de Yalitza

Desde que descubrimos a Yalitza Aparicio en la película Roma, nos ha cautivado.

 

Una mujer extraordinaria, que ha logrado estar ante los ojos del mundo. Una historia que inspira, que nos habla de cómo una joven que nació y creció en uno de los municipios de Oaxaca, en donde todavía 13.9 por ciento de sus habitantes vive en extrema pobreza y se rige bajo las leyes de usos y costumbres que en muchas ocasiones son durísimas para la mujer, triunfe de esa manera. Yalitza viene de La Heroica Ciudad de Tlaxiaco, Oaxaca, que se localiza al noroeste del estado y pertenece a la Mixteca Alta oaxaqueña. De acuerdo con el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hasta el año 2015, Tlaxiaco tenía 39 mil 945 habitantes. En 2010, 53.5 por ciento de la población se encontraba en pobreza, de los cuales, 39.6 por ciento presentaban pobreza moderada.

En ese mismo año, 18.3 por ciento de su población presentaba rezago educativo; el porcentaje de personas sin acceso a servicios de salud fue de 64, mientras que la incidencia de la carencia por acceso a la alimentación fue de 19.6 por ciento.

En ese municipio, donde la mayoría de las calles están sin pavimentar y en las escuelas frecuentemente hay ausencias de los maestros debido a los constantes paros laborales de la CNTE, nació la ahora sensación de Hollywood, Yalitza Aparicio Martínez, a quien The New York Times la ubicó en la lista de los Mejores Diez Actores del Año y la Revista Time la catalogó como la Mejor Actuación del Año.

Yalitza nació el 11 de diciembre de 1993 en la Heroica Ciudad de Tlaxiaco; su familia la conforman su padre Raúl Ismael Aparicio, originario de Santa Catarina Yosonotú, y su madre Margarita Martínez Merino, de San Miguel Copala. De raíces mixteca y triqui, el matrimonio tuvo cinco hijos: Edith, la mayor; Yalitza de 25 años; Alex Uriel (fallecido); Jesse Akwid, de 15 años, y Pedro de 12.

La madre de Yalitza viene de la zona triqui. Hace 15 años tuve la oportunidad de viajar a la Sierra Triqui para realizar una serie de reportajes; conocí los usos y costumbres de esa cultura, la constante disputa política que existe y que ha generado mucha violencia que continúa hasta la fecha y sobre todo lo difícil que es ser mujer triqui.

Constaté que se necesitaban entre dos mil pesos y hasta ocho mil pesos para que un hombre le dé al padre de una jovencita y se case con ella. Sucede en las comunidades de los distritos de Putla, Jux-tlahuaca y Tlaxiaco, en el estado de Oaxaca. Estos lugares son habitados por los triquis. una etnia indígena la más pobre y marginada del estado. Esta región es una “isla cultural”, pues se encuentra enclavada en la Mixteca oaxaqueña.

Muchas veces no tienen ni lo indispensable para poder comer, y se ven obligados a vender a sus propias hijas. Como en la mayoría de los sitios indígenas, los triquis se rigen por las leyes de usos y costumbres, el comerciar con los hijos no implica delito para ellos. Ellos dicen que no es comercio, que son matrimonios arreglados y que sus hijas son dadas en matrimonio. Las niñas no se las dan a cualquiera, existe una tradición en donde el interesado platica con un señor de edad avanzada, que es elegido por la comunidad para representar la sabiduría (embajador), éste a su vez consulta al padre de la muchacha para hacer el trato. Luego platican con una mujer que lee las cartas para pronosticar el futuro de la pareja, si el resultado es bueno se cierra el trato.

Nunca se toma en cuenta la opinión de la futura esposa y la mayoría de las menores a las que casan tienen entre 11 y 14 años. Una vez negociado el asunto, se espera a que sea miércoles por la noche, con antorchas y bebida en mano el hombre va acompañado de su familia y acude a pedir la mano de la niña.

Aquí platican con el padre y la madre, a la prometida no se le permite cruzar palabra alguna con el que será su marido. Y cuando cuestionamos a una niña de 15 años, que estaba por contraer nupcias con un desconocido, simplemente nos dijo que ella respetaba cualquier decisión del padre.

Entre más joven, la retribución económica es mayor y la virginidad de una niña la cotiza mejor. La mayoría de las veces la desposada no conoce a su futuro marido, y lo importante para el padre es conseguir al que mejor adquisición económica tenga. Aparte del dinero, en el convenio están incluidos unos animales como chivos o borregos, ganado, rejillas de refrescos, cajetillas de cigarros y brandy.

Si resulta que la niña ya no es virgen y se aseguró que sí lo era, en la noche de bodas la puede regresar a su hogar y el padre se ve obligado a entregar lo que recibió. La muchacha queda señalada por el pueblo y difícilmente podrá hacer su vida en ese lugar.

Los triquis, una de las etnias más antiguas con vida dolorosa y sacrificada en Oaxaca, al igual que otras zonas indígenas en México, aún arreglan sus matrimonios basándose en retribuciones económicas, y muchas indígenas son tratadas igual que las mujeres que viven bajo el régimen de los países musulmanes más radicales como lo es el Estado Islámico. No sé cuánto ha cambiado esta costumbre en estos últimos años, pero me imagino que muy poco. En este contexto creció la madre de Yalitza, obedeciendo a sus padres, y al padre de la actriz. Y bajo estos usos y costumbres creció y se formó Yalitza.

Un homenaje a su madre

La maestra que cambió las clases por el cine reconoció que su participación en la cinta de Alfonso Cuarón le dio la oportunidad de brindarle un reconocimiento a su madre, por el esfuerzo que ha hecho como empleada del hogar.

En diversas entrevistas, Yalitza señaló que este sector se ha visto afectado por las condiciones en las que labora, por las largas jornadas de trabajo y el bajo salario, por lo que demanda corregir los errores que han vivido históricamente las mujeres que se dedican al hogar, para brindarles justicia y además mejorar las condiciones en las que trabajan, por eso “le nació hacer la película”, para de alguna forma mostrar lo que vive una trabajadora doméstica.

 

Por ello, sin decirle nada a su familia sobre la trama de la película, Yalitza recordó las vivencias junto a su madre, Margarita Martínez, cuando la acompañaba a trabajar y dialogó en varias ocasiones con Liborio Rodríguez, la mujer que cuidó de Cuarón de pequeño y que fue inspiración para este personaje, para con estas dos visiones construir el papel de Cleo (imagen 1), que la llevó a ser nominada como Mejor Actriz en el Oscar, ceremonia que se llevó a cabo el pasado sábado (imagen 2) y en la que Roma se llevó tres estatuillas: Mejor Director, Mejor Película Extranjera y Mejor Fotografía, de las 10 categorías en las que compitió. La joven actriz también adelantó que regresará a las aulas, pero que toda esta aventura, de la mano de Cuarón, le dejó la enseñanza de que hacer un papel en la pantalla es una oportunidad de transmitir un mensaje a la comunidad, lo que ahora piensa llevar a la educación, para trabajar con los pequeños a los que les da clases.