Y el presidente no fue al CRIT
El pasado domingo 26 de noviembre se inauguró el Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil Teletón (CRIT), en el municipio de Tlapa, en la zona de la montaña en Guerrero. Una muy buena noticia para los habitantes de esa zona del país, considerada una de las de mayor pobreza y rezago. Un lugar donde niños y niñas con capacidades diferentes podrán acudir a sus terapias.
El Presidente López Obrador tendría que haber llegado a la inauguración, pero decidió no hacerlo ante la presencia de manifestantes. Simplemente dijo: “No podemos asistir a la inauguración porque un grupo de maestros estaban en actitud provocadora y de conflicto”.
Es lamentable que no haya acudido por no querer ver manifestantes cuando él toda su vida política la hizo a base de manifestaciones y bloqueos.
Mucha gente pudo llegar, los organizadores de Teletón, personajes de primer nivel del Gobierno estatal y, salvo unos gritos, no pasó nada.
Por cierto, es en la misma zona de la Montaña de Guerrero donde en el 2021, el Presidente López Obrador aseguró en una de sus visitas a esa zona que la venta de niñas “no es la regla”, pues en la región y las comunidades “hay muchos valores culturales, morales, espirituales”. Ahí el mandatario minimizó los casos de prostitución o venta de niñas en comunidades por usos y costumbres en Guerrero y otros estados del país.
De las pocas cosas buenas que han pasado desde ese entonces es que en Guerrero asumió como gobernadora una mujer que ha tenido la sensibilidad de hacer varios programas para que el matrimonio infantil en su estado tenga cero tolerancia.
Hay mucho por ayudar a las niñas y los niños en Guerrero, mucho en esta zona de la Montaña, donde llega el CRIT. Y cuando el tema son los niños, no entiendo por qué el Presidente no puede llegar a un lugar con una manifestación de unas 300 personas.
Eran maestros de la Coordinación Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), que muchas veces se manifestaron con él cuando estaba en la oposición.
Y es así como el evento que estaba programado para las 11:00 de la mañana comenzó hasta las cuatro de la tarde. Los que sí estuvieron ahí y aguantaron, aunque estuvieran asustados por los manifestantes, fueron los niños y niñas que van a acudir al CRIT. Incluso, presenciaron cuando el portón de metal del CRIT, recién instalado, fue derribado, y muchos chiquitos que habían acudido a la inauguración tuvieron que presenciar esa agresión.
Entre las peticiones de la CETEG se encuentran un aumento salarial y que se abran las mesas de diálogo a nivel nacional con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y en el estado, con el magisterio disidente.
Son las manifestaciones que hacen siempre estos grupos, en quienes, además, está la educación de estos niños y niñas. Y con algunos de estos señores, que hoy llama el Presidente López Obrador “extremistas y oligarcas”, es con quien están trabajando la reforma educativa y los nuevos libros de texto.
Y es que el Presidente también ha estado evadiendo a las víctimas del huracán Otis. Lo hemos visto en Guerrero, pero no ha caminado por las colonias ni los sitios vulnerables.
Poner una ofrenda al mar en medio de la bahía es un buen detalle, pero, además, tendría que haber ido a las colonias. Esto demuestra una lejanía absoluta con la gente. Es una tristeza, y sin el apoyo real del Gobierno federal en Acapulco, es prácticamente imposible que el puerto se pueda levantar.
El Presidente dice que tiene que cuidar la investidura y de la misma forma en que ha actuado en Guerrero, lo hizo hace un par de meses en Tijuana, Baja California, cuando se suponía que iba a dialogar con unos 500 inconformes por las promesas no cumplidas y el incremento de inseguridad, el mandatario los hizo esperar horas y nunca salió del cuartel militar donde realizó su conferencia matutina.
López Obrador ha sido un líder histórico en las manifestaciones. Así empezó su carrera en Tabasco, de donde es originario. Recordemos la marcha Éxodo por la Democracia, en la que caminó desde Tabasco hasta la Ciudad de México tras lo que llamó “el primer fraude electoral” en los comicios intermedios de 1991.
AMLO, cuando se cambia del PRI y se incorpora a las filas del PRD, empezó también con el discurso del fraude electoral. Para el lunes 5 de febrero de 1996, López Obrador llegó a la plaza del Centro Integrador Simón Sarlat, en Tabasco, para iniciar una serie de movilizaciones en los pozos de Petróleos Mexicanos (Pemex), amenazando con volar los pozos petroleros.
Y las manifestaciones no se quedaron en Tabasco. Cuando López Obrador sufrió el desafuero, también convocó a muchísimas personas siendo Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, para apoyarlo.
Fueron miles de personas que se involucraron en nuevas movilizaciones, una de ellas denominada La marcha del silencio, a la que, de acuerdo con la entonces Secretaría de Seguridad Pública, asistieron alrededor de un millón 200 mil personas.
López Obrador ha llenado innumerables veces el Zócalo capitalino y sus alrededores con gente que se manifiesta a favor de él.
Y como olvidar el cierre de Paseo de la Reforma, tras lo que él llamó el fraude electoral del 2006.
Ya siendo Presidente ha seguido convocando a marchas y movilizaciones. Por ejemplo, una contra el INE, el cual había emitido su rechazo contra varias acciones que buscaba implementar el mandatario en materia electoral, primero con la Ley Electoral, y luego con el llamado Plan B.
Estando en el poder, un mandatario con tanta fuerza como tiene el Presidente López Obrador, no debería de evadir a unas 300 personas que se estaban manifestando y dejar plantados a tantos niños y niñas que lo esperaban para la inauguración del Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil Teletón.