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¿Y La ingobernable?

Para Mario, en estas horas bajas con un abrazo solidario.

El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Santiago Nieto, dio vista a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) de una denuncia de hechos por la posible configuración de un ilícito en la creación y producción del documental Populismo en América Latina.

 

El delito a perseguir es “financiamiento ilegal”, y la denuncia contemplaría a los empresarios responsables de la producción y divulgación del material audiovisual, mismo que fue lanzado en junio de 2018 como parte de una supuesta “campaña negra” en contra del entonces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador. El año pasado, durante la campaña, el anuncio del estreno de un documental causó polémica sobre todo por personas cercanas a Morena.

El documental, que habla sobre populismo, ponía al entonces candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, como una de las figuras centrales. 

De inmediato, se señaló que se trataba de una guerra sucia; incluso, López Obrador acusó a los empresarios Claudio X. González y Carlos Slim de orquestar una guerra sucia en su contra y estar detrás del documental.

Durante la campaña, el pasado 25 de abril, durante un mitin en Durango, Andrés Manuel dijo que tenía información de que el documental había costado 100 millones de pesos: “Es una serie de capítulos donde hablan de populismo, además de sus mensajes que están transmitiendo el PRI y el PAN, de violencia y calumnias, ahora viene esta serie de cinco capítulos”.

Finalmente, el documental Populismo en América se estrenó en junio de 2018 en la plataforma Prime Video. La reseña de la temporada uno mencionaba que el documental “aborda el tema del populismo desde sus orígenes en la antigua Rusia y su expansión en América Latina, principalmente en Argentina, Brasil, Venezuela y México”.

El capítulo cinco se tituló: “Andrés Manuel López Obrador: El redentor furioso”, y la gente de la coalición Juntos Haremos Historia no lo vio con buenos ojos. 

En su conferencia matutina, el Presidente refirió que denunciar este caso es para dejar constancia de lo que sucedió en la pasada elección: “Exponer con claridad que, con la nueva legislación que se está aprobando, el hecho de que es delito grave el fraude electoral, ya implicados en estos casos, una vez puesta en vigor la reforma constitucional y las leyes, ya los implicados tendrían que ir a la cárcel, cosa que no sucedía, ni sucede, porque no se consideraban delitos graves estos hechos”.

Y en un mensaje en su cuenta de Twitter, Nieto Castillo compartió una foto junto al recién nombrado titular de la FEPADE, José Agustín Ortiz Pinchetti, y se pronunció por el fin de las campañas de denostación en contra de actores políticos. 

Pero hay muchos otros trabajos de series y películas que manejaron contenido subliminal y otro bastante directo también como propaganda política. Y en la mayoría de los casos han sido producciones muy costosas. Como ejemplo, está la serie de televisión de Epigmenio Ibarra, La ingobernable.

Es una historia inverosímil. ¿Se imagina usted a una primera dama perdida por las calles porque se quería divorciar de su esposo, el Presidente, y éste termina muerto, con un disparo en la cabeza y arrojado desde un balcón? Eludiendo a todas las fuerzas de seguridad del Estado mexicano, la mujer se esconde en Tepito, donde es secuestrada y termina después trabajando con los delincuentes locales, que en realidad son personajes que parecen agentes de inteligencia por su capacidad para vulnerar sistemas de seguridad y manejar armas.

Y no sólo la protegen, sino que además trabajan para rescatar a los supuestos desaparecidos por el Ejército. Hay escenas increíbles, como que la exprimera dama y la mujer más buscada del país ,pueda ir tranquilamente al funeral de su marido sin que nadie la detecte, o que termine acabando a tiros con elementos militares que la persiguen. Pero además, los hechos suceden no en algún país indeterminado, sino en México, con un tono narrativo que se maneja entre la supuesta realidad y la ficción.

Durante toda la trama aparecen los 39 desaparecidos, con la consigna “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, en clara alusión a los 43 jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa. Pero éstos son de Tepito, en una mezcla de delincuencia común con militantes políticos, algo de lo que también había en Ayotzinapa. Los de Tepito, en la serie, tienen armas, equipos de intervención de sistemas y geolocalización, reivindicaciones políticas y son nada más y nada menos que el principal objeto de persecución del gobierno. Son, por supuesto, fieros defensores de los derechos humanos.

Para la serie, como para algunos militantes de la izquierda radical, la delincuencia organizada y la oposición radical son lo mismo. La persecución al narcotráfico es una persecución política y crean un escenario de represión generalizada que no existe.

En el contexto electoral en el que salió La ingobernable, distintos grupos buscaban sembrar en el inconsciente colectivo que en México vivimos como en las terribles dictaduras de los años 70 en América Latina. Que la lucha contra el narcotráfico es equivalente a la represión política de Centro y Sudamérica. 

En la serie, el Presidente quiere retirar al Ejército de las calles y que regresen a los cuarteles. Que la policía se haga cargo de la seguridad del país. Que las agencias de seguridad estadounidenses abandonen México. Que renuncie el secretario de la Defensa. Que se acaben, adivine usted, las “masacres” que él mismo ordenó. Y la ideóloga de esa estrategia sería su esposa, que lo abandonó porque en los dos primeros años de su gobierno no la aplicó. Para recuperarla quiere dar ese golpe de timón.

A lo largo de la trama nos dejan ver que los culpables de los asesinatos y las desapariciones en los últimos años son los militares, no el crimen organizado.

Todo el discurso de campaña del Presidente López Obrador.

Pero también está la película La ley de Herodes, dirigida por Luis Estrada, la cual es una crítica frontal hacia el régimen priista. Esta cinta vivió la presión del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) para que fuera retirada de las salas y se proyectara después de los comicios electorales de 2000 por su posible influencia en el electorado. 

Sin embargo, no prosperó y tres meses después el filme regresó con el eslogan: “¿Por qué no quieren que la veas?”.

Está también la película La dictadura perfecta, realizada en el 2014, y protagonizada por Damián Alcázar. La película es una abierta crítica contra el gobierno del entonces Presidente Enrique Peña Nieto, así como a la red de corrupción que estableció con Televisa.

También está la serie del El Chapo (tres temporadas) en donde se muestra la historia del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera. Dirigida por Ernesto Contreras, la serie establece los arreglos y negocios que supuestamente habría hecho el PRI a lo largo de los años con el narcotráfico. No me gusta nada la idea de que se pueda manipular a la gente con este tipo de contenido, y lamentablemente es una constante.

El pasado viernes Santiago Nieto interpuso una denuncia de hechos ante la FEPADE por presuntas conductas delictivas en materia electoral contra los implicados en la producción del documental Populismo en América Latina.

¿Presentarán denuncias en contra de los productores de todas las series y películas que tuvieron contenido de propaganda electoral y que se transmitieron en vísperas de la pasada contienda electoral?

Serie polémica

El mes pasado se dio a conocer que no habría una tercera temporada de la producción.